Ostracón de Ptah

  • Tipo de objeto: Ostracón. Material: Caliza y pintura
  • Medidas: 13.1 x 10.1 cm.
  • Datación: Reino Nuevo
  • Procedencia geográfica y arqueológica: Alto Egipto, Tebas occidental, Deir-el Medina.
  • Ubicación actual: Museo Petrie de Arqueología Egipcia, Londres. N. de catálogo /inventario: UC 33195

La colección de ostraca figurativas del Museo Petrie proviene de las compras que el arqueólogo británico Flinders Petrie adquirió a lo largo de sus años en Egipto. Su lugar de procedencia no es conocido y debido a que es un ostracón figurativo anepigráfico es más difícil determinar su procedencia. Sin embargo, la mayoría de ostraca figurativos provienen de Deir el Medina (Petrie Museum , 2022).

Este tiene la figura del dios Ptah, el dios patrono de los artesanos y patrono de la primera capital de Egipto, la ciudad de Menfis. Está de pie mirando hacia la derecha, sobre un pedestal que representa el jeroglífico Maa, simbolizando la Maat. Se le representa momiforme con las manos que salen de la mortaja y sostiene el cetro was, junto con un pilar Djed. En la mano derecha porta un símbolo Ankh. El dibujo está en tinta negra. Usa un casquete ajustado a la cabeza.

El clero de Ptah, después de haber observado la naturaleza humana de cómo organizaban las cosas, elaboró una teoría de la creación diferente y a la vez complementaria con la teología de Heliópolis. La creación se gesta en el pensamiento del dios, en su corazón, quién después ejecuta ese pensamiento a través de las órdenes de su boca, de la palabra, o el verbo creador. Así Ptah piensa a los dioses y los seres y luego, al nombrarlos, les da vida y existencia (Daumas, 1982, pág. 30).

Todo el mito de la creación menfita aparece en la Estela de Shabaka de la Dinastía XXV. El faraón, viendo que los antiguos registros del templo de Ptah en Menfis se estaban deteriorando, ordenó grabar en piedra el relato de la creación. Ptah es el creador. “Él es en verdad Ta-Tenem quien creó a los dioses y de quien surgieron todos los bienes, alimentos, provisiones, las divinas ofrendas, todas las cosas buenas y hermosas” (Lara Peinado, 1991, pág. 56).

La visión de los teólogos menfitas y heliopolitanos no fue la única. Encontramos en el antiguo Egipto la convivencia de múltiples cosmogonías, en las que el creador es uno u otro dios: Amón en Tebas, Neith en Sais, Khnum en Esna, Thot en Hermópolis (Martín Valentín, 2002, págs. 19-30). Las diferentes versiones de la creación, en vez de ser excluyentes, se complementan. Los egipcios concebían la realidad como algo complejo y las diferentes visiones de ésta permiten acercarse simbólica e intuitivamente a la comprensión de la totalidad, en una yuxtaposición de explicaciones que no tienen pretensión de absolutismo (Daumas, 1982, págs. 29-30); una coexistencia de visiones que se consideran válidas. Esto ha sido denominado por Frankfort (1998, pág. 88) como “multiplicidad de enfoques”.

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