Bailarina predinástica

  • Nombre: Figura femenina
  • Tipo de objeto: Estatuilla. Material: Cerámica, pigmentos
  • Medidas: 29.2 x 14 x 5.7 cm.
  • Datación: Período Predinástico, Nagada IIa. Circa 3500-3400, a. C.
  • Procedencia geográfica y arqueológica: Egipto, El Ma’mariya
  • Ubicación actual: Museo de Brooklyn. N. de catálogo /inventario: 07.447.505

El yacimiento de Ma’Mamariya se encuentra en las proximidades de Hierakómpolis en el Alto Egipto. En 1908, el arqueólogo Henri de Morgan excavó en la zona un total de 180 tumbas. En la tumba 2, a un metro treinta centímetros de profundidad, junto al difunto y entre vasijas de cerámica roja y borde negro, halló dos estatuas similares en apariencia, aunque distintas en tamaño. Su forma, que no tenía paralelos en otras épocas, fue el motivo por el cual evitó dar interpretaciones a la figura (De Morgan, 1912, págs. 30-32).

Es una estatua de terracota pigmentada. Pertenece a una mujer con los brazos alzados, los pechos desnudos, la nariz en forma de pico (por lo que en ocasiones se le ha llamado la “mujer pájaro”), las piernas unidas y cubiertas desde la cintura hasta la parte inferior por una pintura blanca que simula una falda, símbolo de alto estatus. El cabello está pintado levemente de negro (Brooklyn Museum).

La figura coincide con otras imágenes dibujadas en vasijas predinásticas de Nagada I y Nagada II, en las que aparecen hombres o mujeres con los brazos hacia arriba y las manos en forma ondulada hacia adentro, casi haciendo un círculo (Pérez Arroyo, 2001, pág. 56). Algunos autores lo interpretan, gracias a otros restos arqueológicos, como danzas que se realizaban en ceremonias religiosas importantes (Shaw & Nicholson, 1995, pág. 78), como la que aparece en el margen izquierdo de la cabeza de la maza del rey Escorpión, y que se acompañaban con el batir de palmas o el entrechocar de tablillas (Pérez Arroyo, 2001, pág. 67).

Las interpretaciones que se han dado a su forma son múltiples y no corroboradas; podría representar a una bailarina o sacerdotisa en una ceremonia, a una diosa madre, ser símbolos incipientes de la diosa Bat, o un antecedente de Hathor u otras diosas como Isis o Nut (Alba, 2020, págs. 22-23).

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