Tríada de Osorkon II – Osiris, Isis y Horus

  • Tipo de objeto: Colgante. Material: Oro y lapislázuli
  • Medidas: 9 x 6.6 cm.
  • Datación: Dinastía XXII. Circa 874 – 850 a. C.
  • Procedencia geográfica y arqueológica: Alto Egipto, Tebas
  • Ubicación actual: Museo del Louvre, París. N. de catálogo /inventario: E6204

Esta pieza fue hallada en la región de Tebas, en Karnak. Actualmente se encuentra en el Museo de Louvre, París, desde su adquisición en 1872. Es una pequeña joya fundida en oro, formada por Horus, dios de pie con cabeza de halcón, vistiendo un shenty o faldellín y adornado con la doble corona, mientras tiene su brazo izquierdo levantado en forma de protección a Osiris. En medio se encuentra Osiris en cuclillas sobre una base de cornisa hecha de lapislázuli, vestido con un sudario usando una corona de Atef. A su izquierda se encuentra Isis de pie, adornada con el emblema hathórico del disco flanqueado por dos cuernos liriformes. Ella levanta su brazo derecho en protección a Osiris (Musée du Louvre, 2003).

El material que se emplea principalmente es el oro, metal precioso que debido a su incorruptibilidad y perdurabilidad se le asocia directamente con la vida eterna. Además, Horus e Isis también están relacionados con este metal, ya que se les ve con frecuencia arrodillados sobre el símbolo que representa el oro (Castel, 1999, págs. 285-285). El segundo material es el lapislázuli, un mineral opaco de color azul oscuro, que fue la piedra semipreciosa más preciada en Egipto. Esta piedra era importada desde Badakhshan en el noreste de Afganistán. El lapislázuli es un mineral veteado de blanco y salpicado de impurezas doradas. Por estas características es que simbólicamente se le relacionaba al cielo nocturno que lo abarca todo. Para el Período tardío la palabra utilizada para referirse a esta piedra era Hesebed (Hsbd), que es utilizada como sinónimo para “gozo” y “deleite” (Andrews, 1994, pág. 102).

El conjunto de Osiris, Isis y Horus es conocido como la tríada de Abidos. El concepto de “tríada” es un fenómeno relativamente tardío en la historia egipcia. Estas constituían una unidad que combina los conceptos de “tres” y “uno”. Dicha unión solía ser de dioses que originalmente fueron de la misma ciudad, pero que posteriormente se hicieron de distintas ubicaciones geográficas para establecer un nexo entre los distintos cultos de la localidad o regiones (Des Caneidas, 2014, págs. 47-48).

El mito de Osiris, Isis y Horus es fecundo en significaciones e instaura algunos de los ejes fundamentales de la cosmovisión del mundo egipcio:

1.- La institución de la momificación como elemento fundamental del ritual funerario.

2.- La explicación mitológica de los procesos naturales del continuo conflicto entre la tierra roja, desértica y la tierra negra fértil y la inundación periódica, así como otros procesos naturales que implican la ciclicidad y la transformación (Plutarco, 1995).

3.- La identificación del hijo de Osiris, Horus, como el legítimo rey de Egipto. Isis será la representación de la madre del rey, y Osiris será, desde entonces, el símbolo del rey difunto (Snape, 2011, pág. 121). Las familias reales reproducirán el mito.

4.- La reunificación del cuerpo de Osiris, como metáfora de la unificación de Egipto. Cada fragmento representa una de las 42 provincias de Egipto. También cada dios local es un fragmento de Osiris, que disgregados están en conflicto y unidos son el símbolo del país en orden y armonía (Kaper, 2008, pág. 32).

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