La tumba de Tutankhamon

Tumba de Tutankhamon

  • Datación: Reino Nuevo, Dinastía XVIII, Reinado de Tutankhamón, Circa 1334-1325 a. C.
  • Localización geográfica y arqueológica: Alto Egipto, Tebas, Valle de los Reyes.
  • Número: KV62.

El Valle de los Reyes es la necrópolis real del Reino Nuevo. Se encuentra en la orilla occidental de Tebas, entre las faldas de una montaña en forma de pirámide, El Qrna. Allí los faraones de las Dinastías XVIII, XIX y XX escondieron con mayor o menor acierto sus tumbas. Ya desde la misma época de los faraones hubo saqueadores que robaron la gran mayoría de sus ajuares funerarios. Al final del Reino Nuevo, y en vista de que la necrópolis iba a ser abandonada, los sacerdotes y guardianes del lugar escondieron las momias de los grandes reyes, mientras que los ajuares funerarios fueron en alguna medida retirados. El valle de los reyes fue quedando desierto, frecuentado solo por bandidos, ermitaños o visitantes casuales, por lo que su misterio fue creciendo. En los siglos XVII y XVIII, visitantes europeos informaban de las fascinantes pinturas murales de las tumbas que estaban accesibles. En el siglo XIX, Belzoni comenzó sistemáticamente a descubrir muchas de las tumbas reales. Todas estaban saqueadas en su totalidad, quedando tan solo algunos objetos, sarcófagos y arena. Durante ese siglo, muchos excavaron en el valle: Salt, Champollion, Burton, Hay, Head, Rosellini, Wilkinson, Rawlinson y Rhind (Carter, 1927, pág. 13). Wilkinson en 1830 clasificó y numeró las tumbas (Romer, 1983, pág. 114). A finales del siglo XIX, Loret descubrió más tumbas. A partir de 1902 Theodore Davis dirigió 12 campañas consecutivas en la necrópolis con grandes descubrimientos. Muchos, al poner término a sus excavaciones, pensaron que no quedaba más importante por descubrir (Carter, 1927, págs. 11-15).

En 1914, Lord Carnarvon consiguió la concesión de las excavaciones en el Valle de los Reyes. Una serie de pequeños objetos descubiertos por Davis con el nombre de Tutankhamón y la intuición de Carter, alentaron el proyecto. Sin embargo, casi al empezar se tuvo que paralizar la excavación por la Primera Guerra Mundial, retomando los trabajos en 1917. Las campañas fueron duras, removiendo arena de un sitio a otro infructuosamente. La campaña de 1922 sería la última. Lord Carnarvon ya no tenía más recursos para invertir, Carter seguía convencido de que algo iba a pasar. El 4 de noviembre, junto a la tumba de Ramsés VI, apareció el primer peldaño de una escalera tallada en la piedra que llevaba a uno de los mayores descubrimientos de la arqueología en Egipto y en el mundo entero: la tumba intacta del Rey Tutankhamón (Romer, 1983, pág. 268; Carter, 1927, pág. 20).

Cuando por fin abrieron un hueco en la puerta sellada, Carter miró atónito al interior de la tumba. Cuando le preguntaron si veía algo, él respondió: “veo cosas maravillosas” (Carter, 927, pág. 23).

Más de 5000 objetos, entre joyas, estatuas, cofres, mobiliario, armas, capillas, sarcófagos y la momia del rey, fueron fotografiados, preservados, limpiados, catalogados y posteriormente llevados a El Cairo, casi 10 años de arduo esfuerzo de un gran equipo de arqueólogos dirigidos por H. Carter (Pons M., 2016). En este año se celebra el 100 aniversario de su descubrimiento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba