Esfinge de Hatshepsut

  • Tipo de objeto: Estatua Material: Granito
  • Medidas:  164 cm x 3.43 m.
  • Datación: Reino Nuevo, Dinastía XVIII. Reinado conjunto de Hatshepsut y Tutmosis III, Circa 1473 – 1458  a. C.
  • Procedencia geográfica y arqueológica: Alto Egipto, Tebas, Deir el-Bahari, cantera de Senenmut
  • Ubicación actual: Museo Metropolitano de Nueva York N. de catálogo /inventario: 31.3.166

La esfinge de Hatshepsut, fue encontrada destruida intencionalmente en una zona que había sido la cantera de Senenmut, el constructor del famoso templo de la reina en Deir el Bahari.

En las campañas de 1926 a 1928, H.E. Winlock y su equipo se dedicaron a vaciar el basurero dejado por E. Naville años antes. Después de arduos trabajos descubrieron la tumba de Senenmut y una gran cantidad de fragmentos de estatuas y esfinges de la reina (Winlock, 1942, págs. 135-143).

Tal y como lo describe Winlock, la esfinge había pasado muchas vicisitudes. Mutilada, destruida, quemada y desperdigada (Winlock, 1942, pág. 189). Fue esculpida en granito de más de 3 metros de longitud y representa a la reina Hatshepsut con cuerpo de león. La cabeza porta un tocado nemes, la barba postiza y la Ureus, emblema de la realeza que fue destruido, probablemente como resultado de la Damnatio Memoriae, que afectó al gobierno de esta Reina-Faraón  (Campbell, 2012, pág. 47).

La representación del rey como animal poderoso apareció en tiempos predinásticos y en las paletas de las primeras dinastías (Ver. Paleta de Narmer 1.1) La esfinge es un elemento iconográfico real que se remonta por lo menos a la Dinastía IV en el Reino Antiguo con la Esfinge de Giza (Hayes, 1959, pág. 92).

Aunque en las listas reales de Abydos y la de Karnak, no hay referencia al gobierno de mujeres, Manetón (Manetón, 1993, pág. 56) expresó que en la Dinastía II, bajo el reinado de Binotris/Biofis, las mujeres podían ser reyes y menciona a lo largo de su obra ados: Nitocris de la Dinastía VI, Amesis (Hatshepsut, Dinastía XVIII).

Herodoto mencionó solo a Nitrocris (Heródoto, 2016, pág. 107 C). Y en las listas reales, aparece, Sobek-neferu, de la Dinastía XII en la Lista Real de Saqqara y en el Papiro de Turín (Baker, 2008, pág. 456). También portaron el título de faraón con pleno gobierno Tausert de la Dinastía XIX y Cleopatra VII en el Período Ptolemaico. También está la duda de si Semenjkara, corregente con Akhenatón, no fuese la misma reina Nefertiti elevada a la dignidad de Faraón. El modelo de la realeza fue el mito de Osiris, Isis y Horus. Por ese motivo Isis, el trono, daba la legitimidad a su hijo (Horus) o a su esposo (Osiris), a su vez gobernaba mientras Horus era niño, protegiendo su herencia. Y también por ese motivo religioso era extraño encontrar una mujer en el Horus que habita el palacio. Aunque hubo pocas mujeres faraones con todos sus títulos,  hubo muchas reinas o “Gran Esposa Real” que tuvieron un papel protagonista en la historia de Egipto desde las primeras dinastías. Ya fuese como Reina Madre, o Regente, o algunas  Princesas reales que otorgaron el trono a sus consortes que no provenían de la estirpe real.

En definitiva, la mujer no fue ajena al gobierno de Egipto. Hatshepsut durante su vida fue, Gran esposa Real de Tutmosis II; Regente durante los primeros años de gobierno del joven Tutmosis III; y Faraón compartiendo con él el trono de las Dos Tierras.

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