Paleta de Narmer

  • Nombre: Paleta de Hierakómpolis / Paleta de Narmer (Figura 3)
  • Tipo de objeto: Paleta cosmética. Material: Esquisto / Pizarra. Medidas: 64 x 42 cm.
  • Datación: Finales del Predinástico – Época tinita. Dinastía 0-I. Circa 2900 a. C.
  • Procedencia geográfica y arqueológica: Alto Egipto, Hierakómpolis.
  • Ubicación actual: Museo Egipcio de El Cairo. N. de catálogo /inventario: JE 32169 – CG 14716

 

Esta paleta fue encontrada en las excavaciones realizadas por James E. Quibell y Frederick W. Green, en el depósito principal del templo de Horus, en la necrópolis llamada Kom El Ahmar “el montículo rojo”, situada al oeste de El Kab. Este lugar fue conocido en tiempos faraónicos por Nekhem, y por los griegos Hierakómpolis (Quibell, 1902, pág. 24). El yacimiento alberga tumbas de diferentes épocas que van desde época predinástica hasta la Dinastía XVIII del Reino Nuevo. La necrópolis se encontraba bastante expoliada (Quibell, 1902, pág. 25), así que se centraron en un recinto que los ancianos recordaban de seis metros de alto, pero que en ese momento no se diferenciaba casi de los campos limítrofes (Quibell, 1902, pág. 26). Por las excepcionales piezas descubiertas en varias de las estancias que se encontraban en el interior de un muro, se concluyó que era el templo de Horus.

La paleta de Narmer fue una de los objetos de prestigio que allí se encontraron. W. Petrie, en sus comentarios a los objetos (Quibell, 1900, pág. 10), se refiere a ella como la pieza más completa de Narmer, y tal vez el registro más importante de esa época.

La decoración, exquisitamente tallada, muestra escenas de guerra y dominio sobre los enemigos. Aparece el rey Narmer portando la corona del Alto Egipto en una cara y la roja del Bajo Egipto en la otra. También se destaca el nombre del rey grabado dentro de una fachada de palacio o serekh, así como algunos signos jeroglíficos que se encuentran junto a los personajes principales que acompañan al rey y que podrían ser tanto sus nombres como cargos (Quibell, 1902, pág. 42). En el verso de la paleta aparece por primera vez el motivo canónico de la masacre de los enemigos, en la que el rey aparece con un brazo en alto sosteniendo una maza, y con la otra detiene al enemigo arrodillado. Este es un modelo arquetípico que se convierte en un símbolo de la monarquía faraónica a través de toda su historia (Cervelló, 2011a, pág. 490). El objeto, por su depresión circular en el lado frontal, tuvo un uso cosmético, como otras paletas arcaicas de su estilo en las que se molía malaquita y se preparaba el maquillaje. Al hallarse en el templo, con bastante probabilidad pudo haber sido una ofrenda de Narmer para, con ella, maquillar las estatuas del dios, o al mismo rey en momentos ceremoniales (Quibell, 1900, pág. 10; Quibell, 1902, pág. 42).

Existen diferentes interpretaciones de este objeto ceremonial y de prestigio, las cuales se resumen en dos: por un lado, muestra la conmemoración de un acontecimiento que ocurrió en época de Narmer; por otro lado, sería una representación simbólica en la que el monarca somete a las fuerzas del caos, representadas por los enemigos. No obstante los egipcios no hicieron esfuerzo en diferenciar una cosa de otra. Esta indeterminación entre acontecimiento y símbolo fue una de las características en la iconografía de los reyes (Shaw, pág. 15-16). Más allá de una u otra interpretación, incluso de una mixta, se puede considerar como la primera expresión de la unificación del Alto y el Bajo Egipto, y el nacimiento de la monarquía dual histórica (Cervelló, 2011b, pág. 98).

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