Fresco de la tumba de Nebamun

  • Tipo de objeto: Fresco. Material: Yeso.
  • Medidas: 88 x 99.5 x 22 cm.
  • Datación: Reino Nuevo, Dinastía XVIII, Circa 1370 a. C.
  • Procedencia geográfica y arqueológica: Alto Egipto, Tebas, Tumba de Nebamun
  • Ubicación actual: Museo Británico. N. de catálogo /inventario: EA 37984

Las pinturas de las tumbas de Nebamun llegaron al Museo Británico en el lote de obras de arte que había recogido Henry Salt en su Primera Colección. Diez de los once fragmentos de frescos de la tumba de Nebamun los adquirieron en 1821, y el último en 1823. En ese momento y durante mucho tiempo no se supo de qué lugar exacto procedían. El Cónsul General Británico desde 1816, H. Salt, había conseguido un permiso del gobierno otomano para poder excavar y enviar antigüedades a Inglaterra. Pero no era el único. Bernardino Drovetti, Cónsul de Francia, tenía los mismos acuerdos. Los agentes que ambos cónsules tenían distribuidos por Egipto trataron de ser discretos sobre los lugares que albergaban los más fabulosos tesoros. Esta rivalidad fue uno de los motivos por los que hay poca documentación de esta época. Uno de los agentes de Salt, Giovani d’Athanasi, excavó en la orilla occidental de Tebas. Existen diferentes cartas fechadas a mediados y finales de 1821 que mencionan las pinturas, por lo que se puede concluir que fueron descubiertas en 1820, y enviadas a Inglaterra, junto con otras muchas piezas, en la navidad de 1821. D’Athanasi encontraría la tumba, probablemente en la zona de Dra Abu el Naga, y después de cortar algunas de las pinturas destruyó o dañó el resto, que es posible estuviera en buenas condiciones. Lamentablemente, la ubicación de la tumba se perdió en el olvido, pero las pinturas, restauradas del 2001 al 2007, son un magnífico testimonio que dejarán para el recuerdo el nombre de Nebamun, “Mi señor es Amón” (Amin, 2016, págs. 3-4).

Nebamun pertenecía al grupo social más bajo que podía permitirse una tumba. Era escriba y contador del grano en el granero del dios Amón, en el momento de esplendor de la Dinastía XVIII (Amin, 2016). El fragmento corresponde a una escena de banquete. Está formada por dos registros. En el superior los invitados están sentados, hombres y mujeres juntos; en el inferior tres cantoras, una flautista, sentadas en el suelo, entretienen a los invitados, junto a dos bailarinas (British Museum, s.f.b). Destaca el contraste entre los registros. En el superior las personas están serenas, sentadas, siguiendo un protocolo de quietud. En el inferior, las danzarinas, cubiertas tan solo con collares y pulseras, se superponen; dos de las instrumentistas están de frente, algo inusual en la iconografía egipcia. Este conjunto menos ordenado acentúa el estatus humilde de quienes aparecen en ese registro. Las músicas portan collares, aretes, pulseras, vestidos plisados, cuencos de perfume sobre la cabeza (British Museum, s.f.b). Sobre ellas un canto en honor de Nebamun dice: “La tierra, Dios ha hecho que su belleza crezca en cada cuerpo… los canales se llenan de agua nuevamente, y la tierra se inunda de amor por él.” (Museo Británico, citado por Amin, 2016). Un banquete para que Nebamun esté rodeado de placer y bienestar por toda la eternidad.

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