• Tipo de objeto: Jarrón modelado. Material: Cerámica de terracota
• Medidas: 16.6 cm.
• Datación: Reino Nuevo, comienzo de la Dinastía XVIII. Circa 1550-1425 a. C.
• Ubicación: Museo del Louvre, París. Número de registro: N969, AF 6643, Drovetti No. 192

1802. Drovetti, fue el Cónsul francés en Egipto desde 1802. Este diplomático de origen italiano fue, junto con su homólogo británico Henry Salt, uno de los mayores marchantes de obras de arte de la época. Reunió tres colecciones. La primera fue adquirida por Italia en 1824; la segunda, por el Rey Carlos X de Francia, por 250,000 francos en 1827; y la tercera llegó a Alemania en 1836(Armijo, 2008).

La jarrita está modelada plásticamente, con la forma de una mujer sentada sobre sus piernas flexionadas. Una de sus manos aprieta su pecho, y con la otra sostiene a un niño. Su cabello abultado está pigmentado en negro, lleva un vestido que cubre sus piernas y un collar de piedras circulares que portan un amuleto con el creciente lunar (Velázquez Brieva & López Grande, 2017, pág. 184).

El origen de este tipo de vasos no es claro y se plantean dos hipótesis. Bourriau sostiene que su elaboración procede de talleres egipcios de una o dos generaciones; por otro lado C. Lilyquist considera, por la indumentaria de las mujeres, que su procedencia sería de Próximo Oriente, de Chipre o Asia. Para López Grande podrían ser vasos egipcios con influencia de Próximo Oriente (Velázquez Brieva & López Grande, 2017, págs. 185-187).

La alta mortalidad infantil no solo se debía al parto. El momento más delicado sucedía en el paso de la lactancia a la ingesta de alimentos sólidos (Parra, 2015, pág. 145). La lactancia era realizada principalmente por las madres hasta los tres años, pero por diferentes circunstancias, podía suceder que la madre no pudiera amamantar a su hijo y tuviese que requerir de una nodriza o madre de leche. Este acto de solidaridad y compasión de las mujeres lactantes hacia las madres que no podían alimentar a sus recién nacidos dio origen, desde tiempos protodinásticos, a las nodrizas (Juaneda-Magdalena, 2013, pág. 239).

Estos vasos por su forma particular, sugieren que son recipientes de leche materna (Juaneda-Magdalena, 2013, pág. 277); es seguro que la falta de leche habría sido una causa de preocupación importante en las madres. Sin embargo, en la práctica, si bien podrían haber sido utilizados como recipientes de provisión, no habrían sido utilizados como biberones (Juaneda-Magdalena, 2013, pág. 289). Se trataría de recipientes que contenían leche o algunos productos terapéuticos elaborados con leche materna y usados en el embarazo (Spieser, 2004, págs. 56-57).