El ritual funerario

El ritual funerario

La muerte es una condición irrevocable del ser humano. Trae consigo una ruptura del orden cotidiano (Assmann, 2005, pág. 114). Sin embargo, para el egipcio la muerte no es el final. La observación de la naturaleza permitió comprender que la existencia tiene una eterna ciclicidad entre la vida y la muerte. Por un lado, el sol (Ra) transita por el cielo (Este – Oeste) ritmando el día y la noche, y configurando aquello que los egipcios vieron como la perfecta expresión de la vida, la muerte y el renacimiento; y por otro lado, el río Nilo, con su eje (Sur – Norte), divide las dos orillas y ritma la vida y las cosechas a través de la inundación periódica de sus márgenes.

Por ello, el ciclo de Vida – Muerte – Renacimiento se relaciona tanto con el dios Ra, como con Osiris. El sol nace y muere cada día. En la noche tiene que enfrentar a Apofis y evitar así la aniquilación del mundo; al vencer renace victorioso como Khepri en el amanecer. Del mismo modo, Osiris muere, pero con la magia de Isis renace inmortal en el más allá.

El embalsamamiento, el sarcófago, la tumba, la procesión y el duelo,  los textos mortuorios y los rituales, todo formaba parte de una cosmovisión sagrada que buscaba la vida por toda la eternidad, allí en el bello Occidente.

Puedes ver la exposición en Palacio de Minería

Calle tacuba 7, centro de la Ciudad de México.

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